Compañías petroleras en Estados Unidos y alrededor del mundo han tocado fondo. Con la caída del precio de petróleo a su mínimo histórico, -$37.63 dólares por barril, esto significa que los dueños de estos barriles de petróleo están pagando a quién se los lleve. Anteriormente, el récord de menor precio de petróleo se colocó en $10 dólares por barril, tras la crisis petrolera de 1986.
Este fenómeno está ocurriendo en parte debido a que grupos de legisladores han batallado para hacer frente a la caída en la demanda de petróleo después de una década completa de aumento en volúmenes. Este estancamiento pone en riesgo de bancarrota a varias compañías petroleras que dependen de la operación a ciertos volúmenes para cubrir sus costos fijos.
Los legisladores americanos han enfocado sus políticas en garantizar que la volatilidad en la oferta de crudo no dañe a la economía del país de la forma en la que lo hizo en los años 1970, por lo cual crearon una reserva para poner límites de seguridad que garantizarían la disponibilidad del crudo necesario para suministrar al parque vehicular americano.
No obstante, con los niveles altos de producción que se alcanzaron en 2019, y con la mayoría de los tanques para almacenar este petróleo llenos a su máxima capacidad, el problema es el contrario: Washington tiene pocas herramientas a su disposición para elevar los precios del petróleo al nivel necesario para que la industria sobreviva.
“La habilidad del gobierno americano para cambiar esta situación es mínima” señaló el analista Pavel Molchanov de la firma de asesoría financiera y de inversión Raymond James.
Aunque el Presidente Donald Trump llegó a un acuerdo la semana pasada con los países de la OPEP, para atender esta situación, estos cortes en producción no tendrán efecto hasta el mes de mayo, por lo que el precio a corto plazo del crudo ha caído debajo de cero, ya que los productores enfrentan el problema de almacenar su exceso de producción.
El problema fundamental es que más del 20% de la demanda global de petróleo actualmente está desactivada, principalmente por los cierres relacionados al COVID-19”
Pavel Molchanov Twittear
Recientemente, el Congreso rechazó una solicitud del Departamento de Energía solicitando $3 mil millones de dólares para adquirir el petróleo necesario para llenar al máximo la Reserva Estratégica de Petróleo del país. De forma alternativa, la agencia está permitiendo que las compañías de petróleo renten espacio en sus almacenes para guardar hasta 30 millones de barriles de petróleo. Sin embargo, esa cantidad hará poco para contrarrestar el remanente de producción que está agregando más de 2 millones de barriles diarios a tanques de almacenaje privados.
Algunos reportes indicaban que la administración del Presidente Trump estaba planeando pagar a las compañías petroleras a cambio de que detuvieran su producción. Sin embargo, esta alternativa no pareció satisfacer a los directivos de las petroleras.
“Una gran ola de bancarrotas está por golpear el sector petrolero” advirtió Dan Eberhart, CEO de la compañía de servicios Canary LLC.
La OPEP, Rusia, y otros grupos de producción acordaron recortar su producción en casi 10 millones de barriles diarios a partir de mayo, por lo que productores de Estados Unidos y Canadá están cerrando sus pozos. Debido a características inminentes del proceso de producción, estas decisiones impactarán la cantidad de barriles que se podrán producir en el futuro, aunque la economía se reactive, pues funcionan por flujos físicos del líquido que serán desacelerados.
Para el mayor de los colmos, una flota de embarcaciones proveniente de Arabia Saudita está por llegar a los Estados Unidos con varios cargamentos de petróleo, ya que esta operación no paso el corte de las fechas del acuerdo global mencionado. Estos barriles de petróleo contribuirán a la saturación de crudo en el país, a menos de que algún otro país los adquiera antes de que lleguen a los Estados Unidos.
Con información de Ben Lefebvre, Politico, 20 de abril del 2020